Si tienes la opción de estudiar en casa o en una biblioteca, sin duda, elige la biblioteca.
Te puedo dar muchos motivos. En principio, es una cuestión de tiempo. En la biblioteca evitas todas las distracciones y motivos que pueden aparecer al cabo del día en casa para levantarse de la mesa (ir al frigorífico, hacerte un café, recoger la habitación, tumbarte en el sofá, poner la TV, ducharte, regar las plantas, cocinar, poner lavadora, contestar al teléfono y un largo etcétera de casuísticas domésticas). Cuenta los minutos y al final del día, habrás perdido 1 o 2 horas.
La biblioteca es un lugar construido con una finalidad: el estudio. No hay distracciones.
Además, te enfrentas a un proceso largo, donde es necesario distinguir el tiempo de estudio del tiempo de descanso y es más fácil si separamos los espacios. En la biblioteca estudias, en casa descansas. Así evitas sentimientos de culpa si estas en el sofá mas tiempo del que deberías, dudas a última hora sobre si deberías seguir estudiando o no, etc.
Además, en casa no sueles estar solo y el silencio es necesario para la concentración.
Elige una biblioteca cercana, con sillas cómodas y bien iluminada. Con mesas grandes y donde haya otros opositores. Exceptuando los meses de exámenes de universidad (febrero, junio y septiembre), las bibliotecas suelen ser lugares muy tranquilos, silenciosos y con un ambiente de trabajo idóneo para ti.
La biblioteca ideal es una que tenga un espacio al aire libre donde poder comer algo o despejarte unos minutos.
