A la desmotivación y el agotamiento, que a veces nos invaden mientras opositas, se les pueden sumar situaciones muy difíciles de sostener: estudiar y trabajar, estudiar con hijos, o con personas a tu cargo, llevar años estudiando sin haber llegado a tu objetivo… Un cóctel que bien agitado te puede llevar a tener incluso ganas de abandonar…
Pero hay dos preguntas que pueden salvarte en momentos de tensión.
¿Durante cuánto tiempo lo tengo que hacer?
¿Para qué lo hago?
La primera pregunta te ayudará a ser consciente de que esta situación NO ES PARA SIEMPRE.
Y la segunda, a reconectar con las razones que te llevaron a estudiar una oposición.
Plantéate este periodo como la reforma de una casa. Es difícil encontrar a alguien que no haya tenido ni un sólo contratiempo en un proceso de reforma, muchas personas incluso lo recuerdan como una de las épocas más estresantes de su vida. Entonces ¿por qué nos metemos en algo así? Pues porque vemos más allá, porque sabemos que no vamos a estar en ese estado para siempre y confiamos en que cuando todo acabe tendremos un hogar más confortable y a la medida de lo que necesitamos.
“Cuando opositas, estás reformando tu vida, puede que se alargue un poquito más de lo que tenías previsto, que haya momentos que se atasquen y que surjan dificultades en el camino, pero cuando apruebes tendrás una vida a tu medida”.
Recuerda:
- Estás aquí porque quieres.
- No estás perdiendo el tiempo, lo estás invirtiendo.
- Cuando esta etapa se termine tu vida habrá mejorado sustancialmente.
Un comentario
qué buenos consejos gracias. Yo no consigo organizarme cn los repasos y me agobia xq cuando voy a repasar me acuerdo de muy poco. ¿cada cuanto repasar o cómo puedo organizarmelos?