Como ya hemos hablado en varias ocasiones, opositar nada tiene que ver con cualquier otro tipo de estudio que hayamos realizado antes. En mi opinión, lo que lo hace diferente no es una cuestión de más dificultad, sino de más complejidad. Por eso, no te puedes plantear estudiar una oposición de la misma manera que hacías en la universidad. El método se quedará demasiado simple y sólo conseguirás retrasar el momento de conseguir la plaza.
Por eso, desde el principio plantéate que tu forma de estudiar también debe ser más compleja, es decir, debes incorporar hábitos, estrategias y técnicas de estudio variadas, que te permitan memorizar tal cantidad de temas a largo plazo. De otro modo, puedes perderte en el mare magnum de temas y de contenido.
Y ¿por qué cuento esto?. Porque en ocasiones me comentáis que estudiáis sin hacer material propio, directamente leyendo y releyendo los temas de la academia, sin esquemas o resúmenes. (Quede claro que no pretendo adoctrinar sobre cómo es mejor estudiar, ya que cada uno encontrará su método ideal y no vale todo para todos). Pero pensad, que ya no estudiamos sólo para memorizar el tema, examinarnos el mes próximo y olvidarlo todo como en la universidad o el instituto. Ahora necesitas comprender lo que estudias, dominarlo, integrarlo y llegar a nivel de experto en esa materia.
Os quiero recordar algo: cuáles son las dificultades que tiene una oposición respecto a estudiar en la universidad:
- La cantidad de temas es mucho más extensa.
- Hay que memorizar a largo plazo, varios meses o años vista.
- En ocasiones tenemos que memorizar ese contenido para diferentes tipos de formatos de examen (test, oral, práctico, desarrollo, etc), por lo que, no vale simplemente con memorizar, sino que hay que comprender e integrar.
- Se deben dominar los temas con mucha precisión.
- Y además, esto es una competición y no vale con sacar un 5.
Por eso, me parece complicado estudiar tantos temas sin esquematizarlos o resumirlos previamente, sin hacerlos tuyos. Esquematizando desgranas el contenido de las leyes, seleccionas lo más importante, agrupas, destacas palabras clave y simplificas lo complejo. Además, el hecho de tener que esquematizar, te ayuda a entender los temas y las leyes complicadas dividiéndolos en apartados, partes o capítulos.
Así que, si me preguntas ¿es necesario hacer esquemas?, mi opinión es “rotundamente sí”. Te facilitarán mucho la vida.