Estudia. Hormiguita. En silencio. Sin quejarte. Estás escribiendo tu futuro, el que tú eliges para ti. Porque no te conformas. Y porque sabes muy bien lo que quieres.
Estudia mucho. No para aprobar, sino para estar donde quieres estar. Para vivir como quieres vivir. Para hacer con tu tiempo lo que te plazca y para ser libre. Muy libre.
Estudia y no te quejes, porque tienes mucha suerte de poder elegir tu destino. Si hubieras nacido hace 50 años, en otro país o en la puerta de al lado, quizás no podrías hacerlo.
Estudia todo. Para ser una buena profesional y sentir orgullo de lo que haces. La Administración Pública necesita funcionarias como tú: preparadas, comprometidas y que recuerdan cada día cuánto les costó llegar hasta aquí.
Estudia hasta el final. Esto termina cuando apruebas. No olvides aquel impulso que te empujó a opositar. Puede que el cansancio te haga dudar o que los fallos te hagan pensar que no puedes. Pero las dos sabemos que puedes. Porque otros han podido y porque es cuestión de horas y codos. Descansa, recupérate y sigue.
Estudia como acto de amor propio. No permitas que las circunstancias, los comentarios de otros, las comparaciones, la edad, los suspensos, ni los miedos sean más grandes que tu sueño.
Así que, ponte un café en una taza bonita y estudia todo lo que puedas hoy. ¡Confío en ti!
5 respuestas
Que post más bonito y moritivador. ¡Gracias!
Justo en el momento que más lo necesito ….. ha llegado este post…. gracias!!!!
Me encanta el post! Es precioso lo que dices! ¡¡¡A por todas!!!
Que bonito y que real!!! Es puro realismo! Hay que intentar disfrutar del estudio, aunque es cierto que tener tiempo para hacerlo es lo más complejo. Ánimo a tod@s
Precioso y llega mucho. GRACIAS