Es importante que tu actitud interna sea coherente con la decisión que has tomado. Ya sabías que no iba a ser fácil y que la exigencia del resultado requeriría mucho esfuerzo y dedicación. Por eso, no es útil mantener pensamientos negativos a lo largo del proceso.
- Elimina ya cualquier tipo de queja o lamento. Has decidido aprobar una oposición que implica hacer adaptaciones en tu estilo de vida, al menos temporalmente. Si estás firmemente comprometida con ello, no lo verás como un sacrificio, sino como un camino de aprendizaje y formación para tu próximo puesto de trabajo.
- No seas crítica con tu capacidad o inteligencia. Sacar la plaza es el resultado de mantener una serie de hábitos de forma constante y eficaz un número de meses. Es una “fórmula” con variables multiplicadoras que, antes o después, darán su fruto.
- No odies las leyes. Has decidido formar parte de la Administración Pública y para ello, debes dominar el marco legislativo que la conforma. Serás representante y transmisora de esos principios y por tanto, los debes conocer en profundidad.
- Si únicamente estudias, evita cuestionarte que “deberías” trabajar. Claro que quieres trabajar, pero en un lugar concreto y con unas condiciones determinadas y para ello, necesitas pasar esta prueba, que requiere tiempo a jornada completa.
- Evita los sentimientos de culpa por no estudiar tanto como deberías. Ponte un horario o trabaja por objetivos y separa el tiempo de estudio del tiempo de descanso, tanto semanal como diario. Y disfruta del tiempo libre.
Si permites que este tipo de pensamientos u otros no constructivos lleguen o permanezcan en tu cabeza, tu cerebro gastará mucha energía en gestionarlos, te desconcentrarán y generarán emociones negativas incompatibles con la consecución de la meta. Por eso, es más sencillo bloquearlos y transformarlos hoy mismo, en otros más consistentes con tu decisión y utilizar la energía únicamente para el estudio.