Todo estudio de oposición está compuesto, en un porcentaje mayor o menor, de materia legislativa. Y aunque hay muchas personas que opositan a las que esta parte les trae de cabeza cuantos más temas sean leyes, mejor.
¿Por qué?
Porque el contenido completo y exacto que tienes que dominar y que te pueden preguntar lo tienes disponible, “sólo” tienes que memorizarlo, sólo depende de ti.
Ahora bien ¿Se puede memorizar tanto contenido y no olvidarlo?
Sí, se puede. ¿Cómo?
Evitando dos errores muy comunes:
- Error número 1: Intentar memorizar el contenido de la ley en la primera vuelta. Te hará perder tiempo y posiblemente frustrarte. La primera lectura es de subrayado, comprensión de tres o cuatro ideas y hacer un esquema básico de la estructura de la ley. Olvídate de memorizar datos concretos, artículos y palabras o expresiones que quizás no comprendes todavía. La comprensión y memorización de materia legislativa se consigue con muchas vueltas.
- Error número 2: Estudiar leyes únicamente por el material de la academia o del preparador/a. Imprime cada ley de tu temario en formato BOE. Es más sencillo comprenderlas cuándo las lees de principio a fin, que por partes y mezcladas con otro contenido. No tengas miedo a añadir más contenido con este método, porque es el mismo contenido, pero en un formato diferente que ayuda al cerebro a que, de una manera u otra lo memorice.
Después de esa primera vuelta, debes hacer otra más profunda, asumiendo que no serás capaz de memorizar todo en esta segunda vuelta. Y será a partir de la tercera y sucesivas cuando podrás hacer esquemas más complejos, tablas con contenido específico, etc. Acostúmbrate a generar tu propio material, para volver a él una y otra vez.
Y por último, haz “microarrastres”. Una vez has dado varias vueltas, ve anotando en una libreta pequeña o tarjetas pequeñas, con esquemas, buena letra y simplificado, lo que más te cuesta memorizar o el contenido más complejo esquematizado. Repásalo al final del día, con poco esfuerzo, simplemente leer. Así aseguras 30 repasos selectivos al mes, que multiplicado por diez meses son 300 repasos. Al cabo de un año de estudiar así, te lo sabrás todo con mucha precisión.
Es la materia más objetiva de tu examen. Asegúrate de dominarla, para que tu nota final sea lo más alta posible.