El RD 5/2015 por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, es el famoso TREBEP. Como opositora pasé de odiarlo al principio, a cogerle cariño al final. Hoy, lo tengo encima de mi mesa de trabajo para que ningún día se me olvide qué es lo que soy. Reconozco que, a veces, también se lo recuerdo sutilmente a algún compañero que parece se le ha olvidado con el paso de los años.
Me gusta pensar que para ser funcionario, no es suficiente con memorizar el contenido del programa del BOE. No vale con repetir artículos sin entenderlos. Y no vale con querer trabajar de 8 a 3 o tener un sueldo para toda la vida. Ser empleado público no es una lotería, es una responsabilidad. Y lo cierto es, que la mala imagen que tenemos, nos la ganamos en muchas ocasiones a pulso. Porque se nos olvida lo que somos. Y olvidamos nuestro Código de Conducta.
Las leyes del empleado público y nuestro querido TREBEP, recogen los deberes y el Código de Conducta que debe regir nuestro desempeño de tareas. Destaca principios como: integridad, responsabilidad, ejemplaridad, honradez y eficacia. Como veis, son características personales, no conocimientos. Es decir, eres o no eres así y, de momento, no hay academias que enseñen un día la ley 39/2015 y otro a actuar con integridad. Así que, eso es tarea tuya.
Por eso, me gusta pensar que aprueba, no sólo el que mejor sabe los temas, sino el que reúne esas cualidades.
Pasarás a ser la Administración Pública y, por tanto, representante de la misma, con todo lo que ello conlleva.
Os animo a no olvidaros de vosotros mismos mientras opositéis, a seguir mejorando como personas y a no dejar de mejorar la vida de los que os rodean. A ser eficaces en el estudio, responsables con vuestras tareas en los múltiples roles que desempeñáis y ejemplares en vuestros actos. Para servir a la sociedad, primero debes saber servir a los más cercanos.
Me gusta pensar que para aprobar la oposición y ser funcionario, además de saber mucho, tienes que ser íntegro, honrado, responsable y eficaz, tal y como recoge el art.52 del TREBEP.
Seamos hoy respetuosos con nuestros actos, con nuestras palabras, con el modo de dar nuestras opiniones, mantengamos la integridad y la responsabilidad. Seamos ejemplares y eficaces como administrados, para que podamos ser ejemplares y eficaces como Administración.
Soy idealista, lo sé. Pero lo cierto es, que el presente y el futuro de la Administración está nuestras manos.